“La niña perdida” de Elena Ferrante
La niña perdida cierra con broche de oro la historia de dos mujeres que nacieron a mediados del siglo XX en Nápoles y desde pequeñas fueron compartiendo una amistad compleja, con momentos de duda o ausencia, pero siempre cómplice. Lina y Elena son ahora adultas, y la vida de cada una de ellas ha sido muy distinta: Elena dejó Nápoles para casarse y convertirse en una escritora de éxito en Milán. Solo un amor de juventud que vuelve a florecer la devolverá a Nápoles, donde la espera Lina, que ahora es madre y además ha triunfado muy a su manera en el negocio local, convirtiéndose en una experta en informática.
Elena es la señora culta, Lina es en apariencia la mujer de barrio, ignorante y poco dispuesta al refinamiento, pero la inteligencia pura y la intuición están del lado de Lina. Los hechos se precipitan cuando, de repente, la hija de Lina desaparece: ¿asesinato, rapto, muerte? Nadie lo sabe, y el barrio murmura.
Desde entonces, Lina ya no es la misma y la locura la acecha. Todos –los hombres, las mujeres, el paisaje, la ciudad entera de Nápoles– se convierten en testigos del duelo de una madre que no sabe llorar y un buen día también desaparecerá, devolviendo al lector a las primeras páginas de esta espléndida saga en la que la escritura se pliega a los acontecimientos y se ajusta como un guante a la trama, con inteligencia y con emoción contenida.
Nadie sabe quién es Elena Ferrante, y sus editores de origen procuran mantener un silencio absoluto sobre su identidad. Alguien ha llegado a sospechar que sea un hombre; otros dicen que nació en Nápoles para trasladarse luego a Grecia y finalmente a Turín.
La mayoría de los críticos la saludan como la nueva Elsa Morante, una voz extraordinaria que ha dado un vuelco a la narrativa de los últimos años. El éxito de crítica y de público se refleja en artículos publicados por periódicos y revistas tan notables como The New York Times y Paris Review.
En 2010 Lumen publicó un volumen titulado Crónicas del desamor, donde se reunían tres novelas publicadas por Ferrante a lo largo de los años, dos de las cuales fueron llevadas al cine.
Luego vino esta saga, compuesta por La amiga estupenda, Un mal nombre, Las deudas del cuerpo y, ahora, La niña perdida, un cuarto volumen que cierra una obra destinada a convertirse en un clásico de la literatura europea del siglo XXI .
«No me arrepiento de mi anonimato. Descubrir la personalidad de quien escribe a través de las historias que propone, de sus personajes, de los objetos y paisajes que describe, del tono de su escritura, no es ni más ni menos que un buen modo de leer.» Elena Ferrante en una entrevista vía mail de Paolo di Stefano para Il Corriere della Sera.